Mónica Trujillano

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¿Cuál es tu comida favorita? Me apasionan las verduras frescas (si son ecológicas mejor), en todas sus elaboraciones.

¿Y la que más detestas? Un guiso de lentejas, no me gusta su textura en los guisos, aunque sí las como en ensaladas o con arroz. Y en general, no me gusta la carne.

Si pudieras elegir, ¿Qué comerías ahora mismo?

Patatas, de cualquier forma, hervidas con un buen Aceite de Oliva Virgen Extra, con una pizca de sal y quizás un poco de romero o con pimentón dulce de la Vera; fritas, a lo pobre.

¿Recuerdas cuál fue el primer restaurante que visitaste? No recuerdo si el primero fue el Restaurante Sebastián o La Dorada que estaba en la calle José Luis de Casso. Nos llevaba mi padre de pequeños a comer, mientras él aprovechaba para hacer gestiones comerciales como jefe de ventas de la Cruzcampo.

¿Y ese al que volverías sin dudarlo? A cualquiera de los que recomiendo en El Comensal, en Sevilla; En otros puntos de Andalucía, repetiría por ejemplo en Támesis London de Jaén (fue todo un descubrimiento), o en cualquiera de los que pertenecen al Club de Oro de la Mesa Andaluza, son todos restaurantes de excelente referencia.

Ahora, un restaurante que no recomendarías ni a tu peor enemigo. Uno que no tenga identidad propia, considero que un restaurante debe tener personalidad y una identidad, en el momento que pretende “imitar” o parecerse a otro establecimiento, pierde toda la esencia, si la tenía.

Un sitio por conocer. Cualquiera (taberna o restaurante) que me pueda sorprender con elaboraciones sencillas o creativas, donde los productos sean frescos y conserven todo su sabor, valoro mucho la experiencia gastronómica en su conjunto (comida, atención y, si no es una receta clásica, aprecio que hagan una pequeña descripción de lo que contiene el plato).

Tu bebida favorita. Vino tinto, con o sin DO, nacionales o internacionales; me gusta conocer y me dejo aconsejar. De Andalucía, hay referencias de la Sierra de Málaga que me gustan mucho.

Tu primera copa fue de ... No es algo que recuerde, pero seguramente cerveza Cruzcampo o algún Vino tinto.

¿Y la última? Una copa de Petit Ocnos.

El plato que mejor te sale. Croquetas de bacalao o de espinacas y las papas (o patatas para mí) con choco, por ejemplo.

Una película / espectáculo / libro que te dé hambre. Quizás una película de suspense.

Una película / espectáculo / libro que te revuelva el estómago. Los culebrones, que están de moda…

Un aroma de la infancia. La sopa de pescado de mi madre.

¿Qué pedirías en tu última cena? Unas buenas alcachofas a la plancha o al ajillo y un buen chocolate negro.

¿Qué tres cosas no faltan nunca en tu nevera? Verdura (brócolis, zanahoria, espárragos), setas (en temporada), y aceitunas aliñadas.

¿Qué plato no soportabas de pequeño y ahora te encanta? La verdura en general.

¿Qué le falta a la gastronomía sevillana para despegar? Promoción por parte de los organismos y entidades profesionales; falta comunicación en general y promoción de las actividades gastronómicas que se desarrollan tanto en la capital como en la provincia, que por cierto, son muchas las que se organizan para la poca repercusión que tienen.

La asignatura pendiente del turismo en Sevilla.

La falta de unión entre los diferentes sectores turísticos, el poco sentido de agrupación, hace que la imagen de Sevilla no tenga tanto valor. Falta conseguir atraer a un turismo de élite; además, considero que se debería de promocionar más la ciudad en otras épocas, aparte de la temporada de fiestas primaverales. Tenemos suficientes recursos turísticos como para atraer a visitantes durante todo el año.

¿…y de la gastronomía sevillana?

Falta formación para personal de sala, cocina y barra, en general, adaptada a la singularidad de nuestros establecimientos hosteleros y nuestra ciudad; por otro lado, también es importante por parte de los hosteleros, valorar al personal profesional, serio y eficiente. Es un trabajo sacrificado (por sus horarios) y de mucha dedicación, cualquiera no sirve para desempeñarlo.

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