La mujer en el olivar de Sevilla
Plinio –escritor y militar romano que pasó por Hispania–, manifestó que en tiempos ancestrales el fruto del olivo solo podía ser cogido por vírgenes y esposas, en un rol específicamente femenino. En la sociedad medieval, la mujer recogía las aceitunas caídas del olivo espontáneamente y las vareadas por las cuadrillas de hombres, siendo oficio de esclavos y mujeres de inferior categoría.