El lado femenino de las aceitunas

Acaba de celebrarse en Sevilla la Gala de Entrega de los I Premios Sabor Redondo, que distinguen a personas y empresas del sector de la aceituna de mesa, así como a instituciones que han prestado su apoyo. Los premios los otorga la IGP Aceitunas Manzanilla y Gordal de Sevilla.

El premio al mejor E-Commerce (venta on-line) ha ido a parar a la empresa familiar La Reina del Verdeo, que regenta María José Sánchez, junto con Manuel García. Al recoger la distinción, Sánchez agradeció el trabajo de gestión llevado a cabo por el Consejo Regulador de la IGP, que servirá para aunar esfuerzos de muchos pequeños agricultores.

La historia de María José y su empresa es la historia de la emigración familiar y retorno a su tierra, Arahal, donde ha vivido la labor del campo (plantar, “esvaretar” o podar, coger aceitunas), con su abuela, padres, tíos, hermanas y primos.

Terminada la jornada, por la tarde, tras un almuerzo en el campo con gazpacho o salmorejo en un mismo plato grande, el agua de los búcaros calmaba la sed. María José recuerda que sus padres comenzaron el envasado de las aceitunas allá por los años 80, en el patio de su casa.

Mucho han aportado las féminas al mundo de las aceitunas de mesa, desde la antigua fábrica de Arahal, La Palmera, donde muchísimas mujeres del pueblo trabajaban en las labores de clasificado, o en el relleno de pimiento, con sus copas de cisco. Ellas sacaban el jornal para el sustento de sus familias, entre ellas, Dolores Domínguez, madre de María José, Rosario La Portera, la Machá, la Carmen Ojeda, la Rosario Portillo, la Carmen Oliva, María la Conejita, Maruja la Rubiala, Maribel La Pandera (Perdón por los laísmos populares), entre otras, verdaderas “Reinas del Verdeo”, como la marca que comercializa María José.

En el mundo de las aceitunas, el papel femenino sigue siendo fundamental en el campo, en el almacenaje y en la distribución comercial. Por ello, ellas han conocido y conocen muy bien la dificultad que supone la conciliación familiar.

María José Sánchez tras recibir el premio, declaró que la creación de la IGP le parecía un sueño, cumplido tras muchos años de trabajo y dedicación. Ahora, su empresa comercializa sus aceitunas a través de una exitosa página web (www.lareinadelverdeo.com) que le abre puertas a distintos mercados, gracias a un producto único y artesano.

El premio representa además mucho para su pueblo, Arahal, primer productor mundial de aceituna de mesa manzanilla.

En honor a las mujeres de Arahal dedicadas toda su vida al campo, entre olivares, almacenes, tapices, salmuera y delantales.

 

Charo Barrios

 

Ir arriba