Hostelería sevillana en los ´80

Otro de los libros rescatados para nuestra biblioteca ha sido: “Comer en Andalucía”, de José Carlos Capel (Madrid 1945). Publicado en 1981 por Penthalon ediciones, la obra es sencilla, está amarillenta por el paso del tiempo y lleva pocas ilustraciones, pero todo eso le confiere un cierto encanto. Es un tratado dedicado a la hostelería andaluza, con un breve diccionario gastronómico por comarcas, con los mejores bares, tabernas y restaurantes (de la época), y con algunas pinceladas sobre las peculiaridades de cada provincia de nuestra comunidad.

José Carlos Capel fundó en 1977 una sociedad gastronómica: “El cocinero feliz”. Fue en tres ocasiones Premio Nacional de Gastronomía y una también de la Real Academia Internacional de Gastronomía, además de otras distinciones.

En el capítulo dedicado a Sevilla, lo primero que comenta el autor es que la ciudad cuenta con más sociedades gastronómicas que Madrid, y como ejemplo El Alcaucil, La Archiacademia y El Rinconcillo.

Y en cuanto a referencia de establecimientos, facilita una relación que no considera exhaustiva, y que en su mayoría están emplazados entre el barrio de Los Remedios y Triana; y el resto, -según indica- disperso entre sus calles, citando incluso a algunos de la provincia:

La Taberna Dorada (tapas de pescado); Casa Manolo (tapas variadas); Pepe Ruiz (variadas); Bodegas La Albariza (pavías de bacalao, tortilla de camarones, jamón); El Mero (acedías fritas); El Rinconcillo (espinacas); El Tenorio (espárragos trigueros); La Barra (tapas variadas); José Luis (carne con patatas); Mesón del Riojano (garbanzos con bacalao); El Áncora (pijotas y salmonetes fritos); La Dorada (pescado frito); Los Latinos (tapas variadas); Casa González (caracoles y cabrillas); La Taberna del Picacho (caracoles y cabrillas); Chemari (higadillos de mero y huevas); Bar Quitapesares (cabrillas); Mariscos Emilio (mariscos); El Becerra (urta y cola de toro); La Sierra (chacina de Jabugo); Venta Vázquez Gaviño (caña de lomo y morcón de la sierra de Huelva); y Casa Curro (tapas variadas).

Una recopilación de establecimientos que funcionaban con alegría en los pasados años 80, tiempos de remodelación, expansión y modernización de la ciudad y pueblos cercanos, con buenas barras de tapas, mesas de mantel y excelentes cafeterías. Y alguno de ellos continúa.

 

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