El sector ganadero tiene gran relevancia en nuestra provincia, tanto en su vertiente económica como en su vertiente social y territorial. Supone el 15% de la Producción Final Agraria, y la principal fuente de ingresos para muchas familias. La ganadería en Sevilla produce y gestiona más de un millón de animales en toda la provincia. Según datos del ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el total de cabezas de ganado (sumando el sector porcino, ovino, caprino y bovino) alcanza la cifra de 1.314.643 animales. El sector ganadero es primordial para la dinamización económica local y comarcal de nuestras zonas rurales.
Iniciamos un nuevo año meteorológico y seguimos pendientes del cielo y, de momento, con pocas perspectivas de agua. El campo está muy castigado por el déficit pluviométrico, con un descenso de la pluviosidad media en la provincia de Sevilla de un 40%, lo que sin duda ha hecho mella en pastos y cultivos, y ha dejado los embalses en una situación delicada para afrontar la próxima campaña.
La situación actual es preocupante. Y es que si unimos la sequia, el precio del pienso que no deja de subir, el coste de la luz multiplicado en los últimos meses, tenemos una combinación que asfixia el futuro de la ganadería sevillana. Los herbáceos no han crecido lo suficiente y eso ya dibuja una realidad en la que escasea el forraje. Pero es que los pastos tampoco han nacido lo suficiente para alimentar al ganado, así que solo queda comprar pienso para que los animales no mueran de hambre. “No hay forraje ni pastos, la tierra solo tiene polvo”. Ganaderos de varias generaciones no pueden cubrir los costes para alimentar con pienso de primera un ganado que de otra forma no daría suficiente calidad en su leche, el sustento del negocio. Muchos de ellos han tenido que optar por llevarlas al matadero donde, además, hay largas colas de ganaderos en la misma situación. Allí también pierden, porque les pagan una miseria, cuando si las vendiera con vida sería más del doble. Toda la vida dedicada al campo y ahora viendo como la situación está destrozando lo que tanto esfuerzo les ha costado.
Otro factor a tener en cuenta es que más de la mitad de los ganaderos sevillanos están o estarán en edad de retirarse durante esta década, según un estudio de COAG. Los más jóvenes son reacios a heredar las explotaciones ganaderas de sus padres, por lo que peligra el relevo generacional del sector. Cada día se ven menos personas jóvenes a la cabeza de una explotación ganadera. Algunos atribuyen este hecho a la dureza del sector y otros, a la falta de motivación por crear en los jóvenes un orgullo de pertenencia a estos sectores, donde aseguran, también hay riqueza. Los nuevos ganaderos reclaman mejores servicios en el rural y ser escuchados en las mesas de negociación. Hay que “darle una vuelta” entre la administración, organismos oficiales, los ganaderos más veteranos y los más nuevos para hacer del campo algo atractivo para los jóvenes. En el contexto actual de reducción de consumo de los productos lácteos, parte de la solución pasa por tener unos precios justos de los productos, una revalorización de su imagen como ganaderos y que tengan un incentivo fiscal para seguir viviendo y produciendo en el medio rural. El reto es conseguir reemplazar a los ganaderos de la generación del ‘baby boom’ que se retirarán de aquí a 2030.
Del mismo modo, es necesario reforzar el asociacionismo y apoyar el establecimiento de redes dentro del sector y de sus subsectores asociados que permitan, por un lado, mejorar el posicionamiento de sus producciones en el mercado, y por otro lado, reforzar su poder de negociación tanto dentro de la cadena de valor como en las instituciones y Administraciones Públicas que las rigen y tutelan. En este sentido, es necesario avanzar y profundizar en políticas de desarrollo y de gestión del medio rural y agrario, contemplando las especificidades del modo de producción de los sistemas ganaderos andaluces, y poniendo en prácticas acciones de apoyo a los mismos.
Desde la Academia Sevillana de Gastronomía y Turismo tenemos claro que resulta imprescindible realizar un profundo análisis territorial y sectorial, para conocer las consecuencias de un momento tan complicado como el actual. Ello nos lleva a explicitar nuestra preocupación por un sector que no sólo es clave en la economía provincial, sino que también incide de manera importante en todo lo relativo a nuestra gastronomía contemplada tanto desde la óptica de nuestros establecimientos hosteleros como desde las de nuestros propios hogares.
Chencho Cubiles
Académico
