Pinceladas gastronómicas de la Feria de Sevilla

El libro “Sevilla Banquetes, tapas, cartas y menús”, de Isabel González Turmo, 1996. (en nuestra Biblioteca Juan Robles), dedica un apartado a la saga de Los Juliá, concretamente a Doña Pilar García Alonso, hija del propietario del Café París. Traspasado este establecimiento, ella comienza recién casada con dos cervecerías y después abrió bares, restaurantes –entre ellos el de Los Monos-, varios casinos y casetas, así como una gran empresa de catering.

Fue a principios de los años 40 cuando Doña Pilar, abrió la Hostería del Prado y tomó la concesión de los bares y restaurantes del Círculo de Labradores y del Mercantil, así como las casetas de ambos. Con estos negocios estuvo muy vinculada con la hostelería de la Feria de Abril, porque en la feria del Prado los restaurantes y hoteles cercanos eran prolongaciones del recinto.

Fue pionera en el servicio de comidas al Ayuntamiento, entre ellas el banquete del centenario de la inauguración de la Feria de Sevilla, organizado en la caseta municipal en 1948. Esta gran empresaria hostelera falleció en 2013, a los 108 años, habiendo sido presidenta de los hosteleros y figura clave en la saga de los Juliá.

Por otro lado, en el libro “La cocina sevillana” de Juan Antonio Molina, se dedica un capítulo a “comer en la Feria de Abril”. El autor califica como “Monumento a lo accesorio” a la Feria de Sevilla, recordando que en las casetas se cerraban los tratos ganaderos, y que cuando desapareció el comercio, se continuó comiendo y bebiendo en ellas a modo festivo.

Molina habla de cazuelas y marmitones en las casetas. Es decir, no de una gastronomía homogénea la del real sevillano y que nunca lo ha sido. Frituras y chacinas han compartido los menús feriales con algunos “alardes sofisticados”. Los grupos influyentes frecuentan el recinto de la Feria. Todo ello se realza en la hora de la comida, -apunta Molina-.

En un ejemplar de El Noticiero Sevillano de 1900, se lee que “las casetas de los señores Parladé e Ybarra, la de los Círculos, la del Capitán, la del alcalde, han estado muy animadas…” y en cuanto al menú: Consomé imperial, Cabillaud en salsa tártara, filete de buey Chateaubriand, dessert assortí, café y licores, vinos de Jerez de la Frontera, así como Marqués de Riscal y champagne Mumm. Un menú muy poco sevillano.

 

 

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